El manantial

viernes, 22 de mayo de 2009


Hoy me gustaría hablaros de algo muy anclado en nuestra sociedad, pero que ahora más que nunca alcanza gran repercusión. La lucha entre los principios personales y los profesionales. Algo así como imponer la moral y los valores de cada uno a las exigencias empresariales. Apreciamos en la película ‘El Manantial’, de los años cincuenta, la lucha de un hombre íntegro frente a un mundo estructurado en patrones establecidos. Howard Roark, el protagonista, es un joven profesional que cree que la arquitectura de siempre es pobre. 

Dotado de una gran capacidad creativa, defiende sus ideas y propuestas con firmeza. Prefiere trabajar como picador en una cantera de granito, que aceptar sumisiones a las pautas convencionales. Es un hombre joven, honesto, íntegro, individualista, idealista y luchador. Rechaza cualquier propuesta que vaya en contra de sus ideales artísticos y por supuesto humanos, siendo fiel a sus ideales y seguros de ellos puede observar como funciona el ser humano lleno de envidias, egoísmo, con ansias de poder, adinerarse, para poder dominar a todo aquel incapaz de pensar por sí mismo, hasta que surgen personas como este joven arquitecto, íntegro en sus ideas y fiel a sus valores. 

Esa es la gran base moral de la película, ejemplar no solamente para el espíritu creador sino para cualquier persona con cierta integridad en sus ideas. Un arquitecto donde ve que está siendo aplastado por la sociedad pública por el hecho de ser bueno porque el que triunfa es el mediocre debido a que es éste el que se sabe poner a merced del poderoso haciendo lo que a este le satisface. Esas personas son los ‘parásitos’.  

Exalta los valores del individualismo y de la lucha personal a favor de la integridad profesional y artística. Critica el colectivismo y sus diferentes formas de manifestarse (gregarismo, moda...) y de imponerse políticamente y socialmente. ‘El Manantial’ es de ese tipo de películas norteamericanas influyentes y manipuladoras: para los periodistas se hizo ‘Ace in the hole’ y ‘Caballero sin espada’, para los abogados ‘Anatomía de un crimen y doce hombres en pugna’, los músicos deberían ver ‘Todas las mañanas del mundo’ y ‘El Maestro de la Música’, los pintores ‘El Sol del membrillo’ y los poetas ‘El desencanto’. 

Hay un frase en la película que la resume y donde se ven los aspectos que denuncia: "Un edificio no puede copiar el estilo de otro, igual que un hombre no puede tomar prestada el alma de otro".  
La arquitectura nos sirve de pilar central para hablar de valores humanos fuertes e íntegros. Durante muchos años en la profesión periodística han existido estas luchas entre principios personales y líneas editoriales de las empresas. Por suerte, en la mayoría de los países democráticos del mundo, las leyes recogen lo que en España se denomina la ‘Clausula de conciencia’ en la que podemos rechazar el enfrentamiento entre estos principios sin que nos sintamos obligados a ello. 

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