Nuevas formas de recaudar dinero

Hoy comienzan a multar los 16 nuevos radares de la M-30. Para todo aquel que no esté informado, le adelanto que se han colocado este número de radares en el cinturón madrileño, especialmente en los túneles de reciente inauguración, donde la velocidad máxima permitida es 70 km/h y existen tramos, especialmente en las incorporaciones y salidas donde no se puede sobrepasar los 50 km/h.

En apenas unas horas desde su entrada en vigor, ya tenemos los primeros resultados. 40 km de retenciones. Y eso para empezar. El Ayuntamiento nos sorprende ahora con la colocación de estos radares, necesarios para el control de la velocidad pero que personalmente creo que tienen un carácter meramente recaudatorio y así el equipo de Gallardón podrá empezar a llenar las maltrechas arcas municipales madrileñas. Algunos límites podrían parecer exagerados en demasía y provocarán, como ya hemos visto esta mañana, que la principal vía de comunicación de la capital se colapse.

Estos nuevos radares, se suman a los ya existentes en Calle 30. Todo aquel vehículo que circule a más de 79 km/h por los túneles, tendrá que enfrentarse a una multa económica que irá desde los 92 hasta los 400€. Una vez que sales de los túneles el límite pasa a ser de 90 km/h. Cierto es que a veces, ese límite se hace sumamente ridículo. Pero yo estoy a favor de los límites dentro de los túneles. Muchas discusiones y demasiados debates ha propiciado el resultado de las limitaciones en esta vía madrileña. Pero son necesarios. Si se aumentara el límite de velocidad permitido en los túneles y observaramos como los coches van a una velocidad cercana a los 120 km/h, un accidente podría poner en serios quebraderos de cabeza a los responsables de tráfico en la capital. Un choque donde el vehículo en cuestión circulara a esa velocidad aproximada provocaría varias vueltas de campana y el cierre parcial de varios carriles en ese sentido. Si encima tenemos en cuenta que las labores después de un accidente bajo tierra se complican, estaríamos hablando de un cierre temporal en ese sentido de circulación de varias horas. Limitando la velocidad, se evitan multitud de accidentes y por tanto los madrileños, a base de paciencia y algunos colapsos en estos primeros días, agradecerán en el futuro la colocación de los radares.