EL MUNDO, Número 1 Parte 2

lunes, 17 de noviembre de 2008

"Si a finales del siglo pasado los redactores de 'El Liberal' proclamaban jubilosamente su independencia al grito de 'No pertenecemos, somos de nosotros mismos', una moderna concepción del derecho a la información y nuestros propios ideales nos impulsan a decirles humildemente: 'Les pertenecemos; somos de todos ustedes'. Es hora de que los medios de comunicación dejen de responder a la prepotencia del poder con su propia prepotencia. EL MUNDO nace en un momento en el que arrecia en todas partes el debate sobre la titularidad del poder de informar, centrado tanto en la perenne tentación expansionista de los más diversos gobiernos como en la no menos preocupante concentración de la propiedad de los medios.

Ambos fenómenos están quedando de relieve en este España actual, en la que el inmoral culto del dinero ha provocado tantas metamorfosis y en la que un Gobierno todopoderoso ha tenido la habilidad de reservar a su criterio discrecional importantes decisiones que, como las concesiones de radio y televisión o las autorizaciones de inversiones extranjeras, afectan decisivamente al futuro de las empresas periodísticas. ¿Qué libertad de crítica puede tener un medio informativo si durante largos periodos de tiempo sus propietarios se encuentran pendientes de una resolución del Consejo de Ministros? ¿Qué mecanismos de defensa le quedan a la sociedad cuando aquellos individuos a quienes la ruleta del destino o su propio don de la oportunidad han convertido en depositarios del derecho a la información de los demás incurren en la humana flaqueza de supeditar el cumplimiento de su función social a intereses materiales más o menos confesables?

Afortunadamente, la nueva tecnología ha venido a paliar el creciente clima de insatisfacción ciudadana ante la docilidad inducida de buena parte de los medios establecidos y en la mayoría de los países occidentales están surgiendo iniciativas como ésta, con el propósito de ampliar el pluralismo y restituir a la sociedad su capacidad de elegir entre opciones esencialmente diferentes. Quienes tengan por costumbre comprar la información al peso, como si los quioscos fueran tiendas de ultramarinos o los periódicos elixires del repertorio de esos charlatanes de feria que siempre ofrecen más por menos, no estarán entre nuestros lectores. Tampoco quienes busquen en la prensa sensacionalismo zafio y escándalos baratos. Mucho menos quienes, uncidos a la noria del conformismo, acepten como normales todas aquellas injusticias, desigualdades y restricciones de la libertad que en la sociedad española tan sólo son, por desgracia, habituales".

Pdta: Si vistéis el pasado viernes la entrevista de Tele 5 a Luis Roldán, y el posterior debate en la Noria el sábado sobre la política y la corrupción, se puede entender un poco mejor esta carta del director tan llena de constantes alusiones a la época de la corrupción política socialista.

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