Otra Madrugá movidita

martes, 14 de abril de 2009

Me he vuelto loco intentado confirmar en estos días lo que un amigo me contó el pasado Jueves Santo. Medio Sevilla corrió apresurado al sentir de cerca el pánico ante avalanchas como las que ocurrieron en la Madrugá del año 2000. Entonces, un grupo de personas decidieron 'cargarse' la noche más bonita del año y provocaron el pánico entre los miles de devotos que seguían las procesiones desde el centro de la ciudad.

Pues bien, al parecer esta año ha vuelto a suceder algo parecido. Pero cuál ha sido mi sorpresa cuando al intentar confirmar y ver la repercusión mediática de algo que varias fuentes me han confirmado, lo máximo que he llegado a leer ha sido 'incidentes aislados'. La respuesta que he hallado en algunos compañeros ha sido que así no se le da bombo mediático y no desciende el número de turistas para otros años. ¡Cómo?!

Pues sí. Así ha sido. Al parecer, no fueron ni uno ni dos los hechos violentos que se sucedieron durante la Madrugá de la semana pasada en Sevilla. Yo, que lo he vivido en primera persona otros años, sé que es muy difícil que ante tal afluencia de gente no hay algún que otro altercado. Pero al parecer este año todo se fue de las manos. Y no he visto ni una sola crítica de los medios.



Fueron varios los sucesos durante toda la noche. El primero tuvo lugar en el Puente de Triana. Tras una pelea, una persona recibe un pinchazo por arma blanca en el muslo. No fue al paso de la Hermandad de la Esperanza de Triana como se llegó a comentar durante la noche pero provocó que el miedo se empezara a apoderar de la gente que había en la calle. En la Magdalena, cuando terminaba de salir el Calvario y la Cruz de Guía de Triana esperaba en la plaza, un hombre agredió a su esposa.

Varias personas que presenciaron los hechos, entre ellos algunos nazarenos y costaleros, salieron detrás del individuo para detenerlo. Una parte del público, sin saber muy bien que pasaba, se puso a correr mientras otra parte del público pedía clama y tranquilidad. La Policía intervino en cuestión de minutos y se llevó detenido al hombre. El miedo se apoderó de la gente que empezó a correr hacia Reyes Católicos. De hecho, la entrada del Silencio, que normalmente se hace con las luces apagadas, se encendieron para tranquilidad del público y de las autoridades.

En los Gitanos, mientras esta hermandad salía, una pelea provocó que se cerraran las puertas del templo. En la calle Don Fadrique del barrio de la Macarena se registró una reyerta en la que se vieron involucrados hasta diez personas según me cuentan.

Me encuentro con este testimonio de Antonio, que estuvo en la confluencia entre la Magdalena y Reyes Católicos al paso de la Hermandad de la Esperanza de Triana: "Yo estuve allí. Concretamente en la puerta de la Magdalena. entraba la cruz de guía de la Esperanza en Murillo y de repente empezó un ruido ensordecedor, como una estampida de búfalos, con un griterío que venía de todos los lados. Acompañó una ráfaga de viento y vimos a la gente correr hacia Reyes Católicos. Nos protegimos tras un coche aparcado; enseguida se disolvió, aplaudimos la formación de la Cofradía y se restableció el orden. Tras el pasar el Cristo, nos dirigimos hacia Reyes Católicos, y hacia la estrechez de la calle volvimos a oir el estruendo y el griterío, y nos pudimos refugiar en un portal, que amablemente abrieron unas señoras que veían el paso de la Cofradía. Posiblemente sea el verdadero sonido del miedo, y no el que nos hacen creer en las películas. Entiendo que las autoridades intenten minimizar el asunto para no crear alarma social. Pero lo que a mi me alarma es el hecho de que al obviarlo, los responsables de semejante acción se vean impunes, y que podrán repetirlo cuantas veces quieran. Conseguirán que al final dejemos de ver la Madrugá, y lo lamento profundamente".

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