Rincón Cofrade | Pregón 2004 Parte I

martes, 17 de febrero de 2009

Ante las peticiones recibidas últimamente, recojo en la sección Rincón Cofrade mi Pregón de Semana Santa del año 2004 en Guareña. Os lo pondré en varias partes debido a su extensión. De momento, hoy publico las dos primeras que corresponden a 'Dedicatoria y preámbulo':

"Antes de nada, quiero comenzar dedicando este humilde Pregón a mis padres, porque sin ellos, hoy yo no estaría aquí. En segundo lugar, vaya mi recuerdo a una tía mía que ha sufrido una grave enfermedad este pasado invierno y que gracias a Dios ya está recuperada. Y no puedo olvidarme de tantas y tantas víctimas del terrorismo tan reciente que vivimos y que todos sufrimos, porque este año, la Pasión comenzó antes de los previsto, un once de marzo en que todos amanecimos sobresaltados con la noticia y más tarde nos invadió esa sensación de incredulidad que aún perdura pero que poco a poco se va diluyendo.

Ese jueves de Cuaresma se nos fueron 202 personas, 202 costaleros que cargan con la Cruz más grande y pesada de la Semana Santa de este año. Por ellos, por los que se fueron, ya nada podemos hacer; quizás lo único es dar nuestro reconocimiento y homenaje, homenaje que desde este atril llevo a cabo dedicando a su memoria este sencillo Pregón. Va por ellos.

Quedémonos con las vísperas, con ese temblor de espera, que en estos días que ahora vivimos, tienen ese sabor a incienso y a romero. ¿Qué hay más grande que una espera cuando se sabe que esa espera desembocará en la dicha plena? Nada. Quedémonos aquí cuando nuestro pueblo se llene de cera y flores, cuando en estas vísperas de Pasión todos nos quedemos con la mirada clavada en la Cruz. Mirémonos entre nosotros: ¿cómo estamos viviendo estos días previos a lo que se avecina? ¿Cómo cuando un niño aguarda ese día tan señalado de su Primera Comunión?

Quedémonos aquí cuando ninguno de los doce sabe que esa cena, será su última. Cuando nadie salvo Él sabe que la noche de Getsemaní acabará rota de silencio cuando Judas por treinta monedas venda al Hijo del Hombre. Quedémonos aquí cuando el Nazareno no sabe que va a tropezar tres veces en la calle de la Amargura, cuando Simón de Cirene no sabe que se encontrará un hombre que no puede con la cruz, y tendrá que ayudarle.

Quedémonos aquí cuando el murmullo del gentío sea acallado por una corneta, cuando la saeta inunde nuestros corazones de respeto ante la imagen del Crucificado y de alegría ante el Resucitado con una sóla frase de Dios: HÁGASE LA SEMANA SANTA SEGÚN GUAREÑA".

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